¿Por qué motivamos? Lo que queremos es inspirar a la gente,
para que un ser o grupo produzca los mejores resultados posibles. Para motivar
a una persona, es necesario descubrir sus propias fuerzas de motivación
personal, ya que cada individuo es motivado de forma distinta y tiene fuerzas
diferentes a los demás.
En las distintas etapas de la vida
podemos diferenciar por un lado la motivación personal, y por otro la
motivación laboral.
Para rendir o lograr cualquier meta o
propósito que nos propongamos, tanto en el día a día, como en la vida misma,
debemos de tener en cuenta dos cosas muy claras. Lo primero y más importante es
sentirnos felices y alegres. Lo segundo y fundamental es tener ganas e ilusión por lo que queremos alcanzar y sobre
todo esforzarnos para conseguir la recompensa final. Tenemos que tener presente
que la motivación es la
gasolina del cerebro. Siempre
actuaremos en función de cómo pensemos y como nos sintamos.
“Si crees totalmente en ti mismo no hay
nada que este fuera de tus posibilidades”.
“Tú puedes lograr lo que te propongas”.
La motivación obliga a que haya
alguna necesidad (absoluta, de placer, de lujo, relativa) y por
consecuente también uno o varios objetivos. Siempre que se esté motivado a
algo, ese algo es necesario o conveniente. Voluntad e interés por algo. La motivación es
el lazo que une o lleva esa acción a satisfacer o no esa necesidad. Las
causas de la motivación pueden agruparse en diversas categorías: racionales y
emocionales, egocéntricos o altruistas, de atracción o de rechazo.
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